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La prometida villana del protagonista masculino - 13


Capítulo 13 - Relación profesor-alumna (2)

Había tenido mucha suerte. Louise se apresuró hacia su primera clase sintiendo como si estuviera flotando en el aire. Había sido un placer conocer al profesor Hill en persona, pero estaba aún más feliz por otra cosa.

"¡El consejo estudiantil de la Academia es el mejor!"

Louise se entusiasmó cuando entró en su salón de clases en el tercer piso. Ian, que estaba sentado junto a la ventana, la miró con curiosidad. Su rostro de alegría y emoción le movió la curiosidad.

"Cuéntamelo y que sea breve".

“¡Creo que es genial que ayudemos a las personas necesitadas!"

Sus ojos morados brillaron y soltó una suave risa. Se sentía aliviada de que la clase "Plantas, insectos y tierra" hubiera alcanzado el número de estudiantes mínimo requeridos.

"Parece que la más favorecida fuiste tu misma".

Gracias a las obligaciones como parte del consejo, Ian tenía una clase extra que era muy aburrida. De cualquier modo, tenían la obligación de ser justo con todos los estudiantes, y si existía aunque sea un alumno que quisiera tomar alguna clase en particular, los miembros del consejo harían todo lo posible para ayudar.

Louise se sentó y miró su horario mientras recordaba lo que Claire le había dicho el otro día: “Pero a algunos estudiantes realmente les gustan las clases impopulares. Y les genera malestar cuando son cerradas".

Cuando Claire dijo eso, Louise se preguntó quién diablos querría tomar una clase impopular.

"Uno de ellos era yo".

Si bien fue sorprendente que “Plantas, insectos y tierra” fuera impopular, Louise estaba encantada de que estuviera a salvo de la cancelación. Ahora podía ayudar felizmente a otros estudiantes en su situación, como por ejemplo, la clase de “Historia e historiadores” que estaba tomando ahora.

"Gracias por apuntarse a esta clase".

Un niño se inclinó ante Louise e Ian. Era hijo de una familia noble, aunque su estatus no importaba allí.

"Hubiera sido terrible si tu clase favorita hubiera sido cancelada", respondió Louise con simpatía.

"En realidad, no me gusta mucho esta clase..."

"¿Qué? "

¿Se unió a una clase que ni siquiera le gustaba? Y por encima de todo, ¿una clase en la que era difícil sacar buenas notas? El niño se rascó la cabeza por un momento y suspiró.

“Mi abuelo cree que la historia es importante. Si no obtengo las mejores calificaciones en la clase del profesor Herman Hewitt, seré excluido de la lista de candidatos para ser su sucesor”, gimió desesperado, agregando que tenía cinco hermanos y tres hermanas.

“Mi abuelo siempre patrocinaba la investigación del profesor Hewitt. Entonces, que su sucesor no esté familiarizado con su trabajo...".

La historia era un tema desafiante que requería memoria, imaginación y perspicacia. Había gente a la que le gustaba, pero no era el caso de ese chico. Al menos estaba decidido a sobrevivir a esa clase de alguna manera.

"Si la clase hubiera sido cancelada, las probabilidades de que me convirtiera en el heredero de mi abuelo también habrían desaparecido".

"Es una suerte que haya cinco personas aquí".

Louise miró a su alrededor. Además de este chico, solo había otro estudiante que realmente amaba la historia. El resto de la clase eran tres miembros del consejo estudiantil, incluida Louise.

“Sí, me alegro mucho. Todo lo que tenemos que hacer ahora es trabajar duro".

"Todo va a estar bien".

Ante el estímulo de Louise, él asintió con la cabeza y luego sacó su cuaderno.

La puerta se abrió y un hombre de aspecto severo, vestido con un traje planchado, se dirigió al centro de la sala de conferencias. Era el profesor a cargo de esa clase, Herman Hewitt. Miró alrededor de la habitación con ojos penetrantes, y en el momento en que su mirada se posó sobre ella, sintió que se le erizaba el pelo en la nuca. Tenía miedo. Estaba claro que el profesor estaba enojado tan pronto como entró al aula. '¿Por qué? ¿Será porque habían pocos estudiantes?' Su boca arrugada finalmente se abrió para hablar.

“Mi nombre es Herman Hewitt. Parece que volveremos a tener algo de peso muerto este año". Su mirada se posó en Louise e Ian. “Aquellos que no tienen talento ni cerebro, ¡salgan de mi clase ahora mismo! No me pagan lo suficiente como para enseñar a gente estúpida".

Hubo un largo silencio. Era como si estuviera esperando a que los estudiantes se fueran. Louise y el resto de la clase se sentaron inmóviles. El profesor Hewitt miró a su alrededor y finalmente volvió a hablar.

“¿Creen que todos tienen talento e inteligencia? ¿Es por eso que están sentados aquí?"

"...". Nadie respondió a esa pregunta. "Bien, entonces examinemos esos cerebros suyos. Saquen sus cuadernos, les voy a tomar un examen".

"¡¿Un examen?!".

Por primera vez hubo una voz de protesta. Era el chico que había hablado con Louise antes.

"Sí. Quiero ver si sus estúpidos cerebros están calificados para tomar mi clase. ¿Tiene alguna queja?"

"Pero somos cinco personas..." murmuró el chico, y el profesor sonrió burlonamente.

"Y parece que ninguno me dará una respuesta correcta".

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