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La prometida villana del protagonista masculino - 04


Capítulo 04 - Bienvenida, prometida (1)

Después de la explicación de la madre de Louise, Ian comenzó a dirigirse a ella con un nuevo título.

“Bienvenida, prometida. Espero que no haya sido ningún problema llegar al palacio".

Ese horrible título la persiguió incluso cuando cumplió los catorce años. Louise siempre se sentía incómoda cuando Ian hablaba de manera tan posesiva.

"Gracias. ¿Y puedes dejar de llamarme de esa forma extraña?"

"Qué raro, pensé que sólo estaba siguiendo los deseos de mi madre".

¿Por qué la educación del príncipe heredero no incluyó el "cómo responder a una pregunta sin ser sarcástico"? Independientemente de eso, era Louise quien estaba en desventaja si se demoraban demasiado en ese tema.

"Entonces, ¿por qué me convocaste aquí hoy?"

"Quiero que vengas conmigo."

¿Ir con él? Ian vaciló por un momento y respondió en voz baja.

"Quiero visitar la casa de mi madre..."

Sus palabras fueron bajando de tono hasta convertirse en un murmullo. Louise esperó pacientemente a que terminara.

"Esta es la primera vez que voy allí".

"..."

"Mi madre era una plebeya y no sé mucho sobre su familia".

"¿Por qué yo?"

"Eres mi prometida".

"...Voy a volver a casa."

"Estoy bromeando. Te elegí porque eres la única persona que conozco". Sonrió torpemente, como si le resultara extraño pedir ayuda. "La única que conozco que no es un noble".

Louise hizo una pausa. Parecía confiar en ella más allá de su supuesto compromiso, así que no podía rechazarlo. La familia Sweeney ponía la confianza por encima de todo. Y ahora que lo pensaba, no había nadie alrededor del príncipe que tuviera la experiencia de haber nacido pobre.

"Bien. Iré contigo"

Louise respondió con claridad y luego miró a su sirviente, quien no le dio una mirada amenazante por primera vez. Quizás decidió poner fin a las hostilidades de una vez por todas.

.

El final feliz del cuento de hadas de una niña plebeya que se convirtió en Reina, en realidad, no fue tan feliz. Eso estaba claro con sólo mirar el rostro cansado del abuelo de Ian y su casa igualmente desgastada y destartalada.

"... ¿Por qué?"

El hombre era un campesino sin comprensión de la etiqueta, ni siquiera se molestó en preguntar adecuadamente por qué lo visitaba su nieto. Había poca calidez en su rostro arrugado.

"Quería ver cómo te estaba yendo".

Fue un espectáculo incómodo ver al Príncipe Heredero con sus elegantes ropas inclinarse ante el anciano en harapos.

"Mi señor"

Ian se dirigió al anciano por la posición que le fue otorgada cuando su hija se convirtió en Reina. Era sólo un título de nombre, y venía sin tierras ni estatus. El disgusto en el rostro del anciano hizo que Louise corrigiera a Ian rápidamente.

“No es 'Mi Señor', es 'Abuelo'. ¡Porque es el padre de la madre que te amó!", dijo Louise con falsa alegría. No fue hasta entonces que el anciano se fijó en ella.

"¿Quién es usted?"

“Soy Louise. No soy un noble, pero soy..."

¿Cuál era su relación con el príncipe? Definitivamente no era su prometida y tampoco una sirviente. No sabía qué más decir.

"... ¿una amiga?"

"..."

"..."

Su torpe búsqueda de alguna respuesta dejó la atmósfera insoportablemente silenciosa. 'Creo que me equivoqué de respuesta'. El anciano parecía agotado mientras se acomodaba en una vieja silla chirriante.

".. Está bien estar con alguien precioso" A pesar de su edad, había fuerza en su voz. "Incluso si se elimina  un sólo grano, el montón de arena seguiría siendo llamado 'un montón'..."

Se podía eliminar algo que no encajaba en el montón y nadie notaría la diferencia.

"No debe suceder otra vez."

Los ojos del anciano miraron hacia la lúgubre pared donde había un retrato grande y colorido que parecía fuera de lugar en esa casa sin vida. Louise supuso que era el retrato de la Reina. Se aferró a él y lo abrazó mientras sollozaba. Ella no podía culparlo por eso.

"No puedes estar con una persona como ella".

"..."

Ian no se atrevió a oponerse a sus palabras. La miseria de su abuelo estaba relacionada con el ascenso de su madre al palacio. Aunque no se habían revelado detalles, era probable que la Reina hubiera sido envenenada. Su abuelo se había derrumbado en estado de shock después de su muerte y, al quedarse solo, se enfadó por esa tragedia y perdió todo deseo de vivir.

Tenía miedo de que volviera a suceder con una chica que no era noble al lado de su nieto.

“Aunque me encuentro así, sigo siendo el abuelo de un príncipe. Quiero que mi único nieto me prometa algo. Será mi única voluntad".

"Por favor dime"

"No vayas en contra de lo que voy a decir" El anciano miró a Ian con ojos penetrantes. “El suelo es saludable sólo cuando está debajo del cielo. No desees tierra que está lejos".

Era una advertencia para no desear lo que no podía tener. Nadie más en el mundo debería experimentar le dolor que el abuelo había sufrido.

Louise no podía recordar qué era lo que Ian le había respondido a su abuelo, pero sí podía recordar con vívido detalle lo que sufrió por el camino lleno de baches en el viaje de regreso en el carruaje. Incluso cuando se detuvieron para que pudiera vaciar el contenido de su estómago, su condición no mejoró. Louise, completamente exhausta, se quedó dormida.

Cuando finalmente se había despertado, no había ninguna sacudida. Seguro habían dejado atrás el camino accidentado. ¿Habrá hecho Ian algo de magia? Su dolor de cabeza había desaparecido y se sentía un poco mejor. Había sido agradable tomar esa pequeña siesta...

¿Eh? ¿Siesta?

Habían dos personas en el carruaje, y sólo había una manera para que ella se recostara tan cómodamente en el asiento: tomando prestado el regazo de la persona que estaba a su lado.

Oh, ¿qué había hecho?

Sin embargo, el roce de la ropa lujosa en su mejilla se sentía muy bien.

'¡Estás loca, Louise Sweeney! ¡No puedes usar al príncipe heredero como almohada!'

Mientras gritaba por dentro, sintió una mano acariciando suavemente su cabello con movimientos lentos y deliberados. Oh, no puede ser. Si le decía a Ian que estaba despierta ahora, moriría de vergüenza. Louise abrió un poco los ojos e intentó mirar hacia arriba intentando no llamar su atención. Afortunadamente, la cabeza de Ian estaba vuelta hacia la ventana. Parecía estar sumido profundamente en sus pensamientos.

Sus ojos estaban más oscuros de lo usual, tal y como el cielo. Quizás era por la sombra que le daba el techo del carruaje... o quizás era debido a su estado de ánimo. Louise trató de adivinar qué lo habría puesto tan melancólico. ¿Estaba triste por su abuelo? O tal vez estaba añorando a su madre que había muerto en circunstancias misteriosas...

"Me duelen las piernas".

"..."

Ah, su pierna se veía acalambrada debido al peso de su gran cabeza sobre su regazo. Louise trató de levantarse por reflejo, pero su mano la presionó suavemente de nuevo.

"Oye, ¿no te duele la pierna?"

“Sólo lo dije por vergüenza. Me estabas mirando muy fijamente " Admiraba el hecho de que él pudiera ser tan honesto al sentirse avergonzado. "Estoy bien".

Una mano cálida se colocó en su frente.

"Todavía tienes frío".

"Me siento mucho mejor, en realidad."

Las palabras de Louise sonaron más como una disculpa. No quería seguir ejerciendo presión en sus piernas con su cabeza. Sintiendo sus intenciones, Ian la dejó ir sin ningún problema. Louise se sentó y se peinó el cabello. Sin embargo, dado el tiempo que había estado acostada allí, no podía hacer que los enredos desaparecieran por completo. No fue hasta que estuvo a punto de llorar de frustración que Ian se echó a reír.

“No te rías. No puedo evitarlo".

"¿Por qué? Ese peinado se ve muy elegante. Creo que se convertirá en una nueva moda".

Louise dejó de intentar domar su cabello y miró por la ventana. El carruaje estaba detenido, por esa razón no sentía ninguna sacudida antes. ¿Dónde estaban?

"¿Dónde..?"

"Cerca de la casa Sweeney".

Podía ver el frente de su casa, pero no lo suficientemente cerca como para que estuvieran en la entrada.

“Deberíamos haber regresado directamente al palacio. Ahora tienes que volver desde aquí".

"Si hubiéramos ido al palacio, habrías sido tú quien hubiera hecho un viaje más largo a casa".

Eso habría sido un infierno para ella.

"Deberías haberme despertado".

"Tienes el sueño pesado".

Cierto. Su capacidad para conciliar el sueño dondequiera que apoyara su cabeza parecía inalterada cuando cruzó a este mundo. Louise suspiró y decidió dejar de enemistarse con él. Debido a su consideración, ella no tuvo que soportar otro paseo en carruaje.

"Gracias".

"Lo que sea por mi prometida".

"... ¿puedo retractarme de mi agradecimiento?"

"No. ¿Puedes caminar? Si no, podemos ir en el carruaje hasta la puerta principal de la mansión".

'No más paseos en carruaje, por favor.'

Louise negó con la cabeza vigorosamente, luego abrió la puerta del carruaje y el fresco aroma de la hierba la envolvió. Miró el paisaje y comenzó a sentir su cabeza despejada mientras Ian salía detrás de ella y se paraba a su lado. Sonrió cuando el viento esparció su fino cabello plateado. La oscuridad que había en sus ojos parecía haberse desvanecido por un tiempo. Louise sintió un ligero giro en su corazón por un momento.

'¿Por qué?'

Antes de que pudiera cuestionar sus propios sentimientos, Ian le tendió la mano.

"Caminaré contigo un rato. Me duelen las piernas, como si algo pesado hubiera estado encima".

Y se rió alegremente. ¡Qué persona tan desagradable! No existía escenario en el que Louise Sweeney amara a un príncipe así. ¿Dónde estaba la dulzura que le mostró a la heroína en la novela original?

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