Capítulo 35 – El punto de vista del ex prometido (2)
Realmente, esto era malo. Se suponía que debía evitar rumores innecesarios con el Presidente.
Vio cómo el techo se inclinaba en su vista mientras caía hacia atrás y, después de eso, no pudo ver nada más. No, había cerrado los ojos instintivamente esperando el dolor, pero no llegó ninguno. Algo cálido y familiar le tocó la frente. Era como el mismo toque que estaba en su hombro hace un momento. Escuchó un pequeño suspiro.
"... Debería empezar a quejarme de esto".
La voz sonaba desconcertada. Abrió los ojos y levantó la vista e Ian, que había capturado a Louise, fruncía el ceño con descontento.
"Tienes que pensar antes de actuar con ese pie torpe tuyo".
"No sabía que sería resbaladizo. E hiciste un buen trabajo al quejarte".
"Todo es mérito tuyo, ¿no crees?"
En contraste con sus comentarios burlones, Ian sólo retiró sus brazos de alrededor de su espalda después de confirmar que Louise había recuperado completamente su equilibrio.
"¿Está bien tu tobillo?"
Ian cogió el paraguas que había dejado caer al suelo. Estaba empapado con agua y ligeramente doblado.
"... Está bien".
"Si hubiera algo más de lo que pudiera quejarme, entonces diría que no ha pasado tanto tiempo desde que te lastimaste en la biblioteca. Ten más cuidado".
Eso sonaba como consejo y preocupación, no una queja, pero Louise asintió con la cabeza.
"Está bien".
Mientras él se sacudía el agua y el barro de su paraguas, Louise puso sus manos juntas y se disculpó.
"Lo siento".
"No hay de qué disculparse. Fue divertido".
¿Divertido? ¿Qué era lo divertido de esa situación?
"Fue divertido verte perder el equilibrio y verte avergonzada. Lo recordaré durante mucho tiempo".
"... Estoy alimentando al enemigo de nuevo".
"¿Alimentando?"
"Nada".
Louise suspiró y se movió hacia la puerta mientras que Ian cerraba su paraguas y la seguía. Podía sentir las miradas de algunos de los estudiantes en ellos.
'Señoritas, esta no es una escena hermosa y dulce como están pensando. Fue sólo un rescate de la decencia humana normal. Eso es todo'.
Louise, por supuesto, no podía hacer una excusa tan estúpida, así que subió las escaleras con la boca cerrada. Esa pequeña cosa no sería un gran problema de todos modos. Ian ya estaba rodeado de rumores más grandes, especialmente después de que le había pedido a Stella un baile en la fiesta. Eso serpia motivo suficiente como para que dejen pasar esto como si nada.
"Bueno, gracias por traerme hasta aquí".
Después de subir todas las escaleras, Louise se volvió y le dio las gracias.
"Te guiaré hasta tu puerta".
"¿No crees que puedo encontrar mi camino?"
"Solo quiero devolver el favor correctamente".
Louise recordó que se ofreció a acompañarla por las fresas que ella le había dado. Las fresas no eran unas cualquiera, sino que Louise se había levantado al amanecer para recogerlas, y la habían hecho perderse toda una clase.
"Muy bien".
Louise asintió con la cabeza. Si alguien recibiera fresas tan duramente ganadas con tanta sinceridad, probablemente sería lo suficientemente amable y considerado como para llevarla hasta la puerta también. Se volvió para caminar por el pasillo, e Ian pronto se puso a su lado. El pasillo no era largo, y pronto llegaron al frente de la habitación de Louise.
"Gracias por acompañarme a mi puerta".
Louise miró su cabello y ropa ligeramente mojados e hizo una expresión comprensiva.
"Deberías bañarte también".
"Se secará pronto".
"Empezarás a oler".
"¿Por qué te importa?"
"Desde el punto de vista de tu novia, si un hombre al que está viendo huele, perderá toda su pasión por ti".
Louise le sonrió y le señaló lo obvio, pero la cara de Ian estaba rígida. Era como si estuviera tratando de no mostrar sus emociones. ¿Era un consejo no deseado? Su corazón comenzó a encogerse cuando se dio cuenta de qué causaba la ofensa.
Ian dio un largo suspiro y luego inclinó la cabeza, como si se tomara un momento para pensar en lo que quería decir. Cuando se miraron de nuevo, sus ojos parecían cansados. Louise estaba a punto de disculparse cuando abrió los labios lentamente.
"Desde el punto de vista del ex prometido, hay algo que tengo que confesar".
Habían prometido no mencionar el compromiso durante mucho tiempo, pero él lo hizo de todos modos.
"No tengo ningún sentimiento personal por Stella Lapis. Honestamente, pensé que lo sabías".
"... ¿Qué?"
Louise respondió tonta. Ian volvió a hablar con voz clara.
"Significa que no estoy interesado en Stella Lapis en absoluto. Como novia o cualquier cosa".
'¡No seas estúpido!' Esas palabras querían salir de su boca. Sin darse cuenta de la agitación que estaba sucediendo en su mente, Ian continuó explicando.
"Esa noche le pedí que bailara conmigo porque me lo pidió la profesora. Mis sentimientos no estaban involucrados en absoluto".
¿Sus sentimientos no estaban involucrados?
¡Este malvado...!
'Las ilustraciones eran tan hermosas, pero no había ninguna emoción en ellas... ¿qué acaba de decir?'
"Estaba preparado para los chismes, pero no pensé que fueran importantes".
"¿Cómo puedes pensar que no eran...?"
Louise no pudo terminar. Ni siquiera sabía de lo que estaba hablando.
"Realmente, no significó nada", Tenía una sonrisa tímida en su rostro. "Bueno, nunca pensé que mi ex prometida creería tal rumor".
¿Cómo no lo iba a creer? Ella más que nadie quería que sucediera.
"Bueno, teniendo en cuenta que tienes una tendencia a olvidarte incluso de que el suelo está resbaladizo, es natural".
Su expresión se arrugó, pero no quería mirarlo. Louise giró la cabeza. ¿Por qué una hormiga no podía caminar por el pasillo en una crisis así?
"Qué extraño".
Ian agarró a Louise por la barbilla y la obligó a mirarlo, no permitiéndole mirar a ningún otro lugar.
"Su Alteza..."
Louise no sabía por qué lo llamaba así. Tal vez porque su cara y sus ojos estaban más cerca de lo usual. Ian no señaló el título fuera de lugar de Louise, en cambio preguntó:
"¿Por qué me siento mal?"
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